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  • Foto del escritorCintia Canto Ianni

Un pueblo con encanto gales

Actualizado: 6 feb 2018


Supe que en cuanto pudiera tomarme mi primer día libre, Gaiman sería mi próxima parada. Hace poco menos de 72 hs contacté con mi Couch Ricardo, de quien por cierto leí muy buenas referencias de sus huéspedes anteriores, y a quien ya ansío conocer...

Vista panorámica de Gaiman. Se asciende junto al sendero que comienza en la ex estación de ferrocarril.


Como siempre, salir de Puerto Pirámides es toda una revelación. Cuando no me toca encontrarme con un feriado donde sólo cuentan con una salida lejana, me toca encontrarme con que el bus mañanero tiene su primera salida a las 11 am (hay días en los que sale 8:55 am). Para ponernos en presupuesto en cuanto a viáticos (si es que hicieren más o menos el mismo recorrido), las tarifas son las siguientes:

* Línea Mar y Valle (es la única que opera de Puerto Pirámides a Puerto Madryn) $131 pesos argentinos. * Línea 28 (Mar y Valle también hace éste trayecto a $95) Puerto Madryn - Trelew : $90 pesos argentinos. Los buses salen cada media hora. * Linea 28: Trelew - Gaiman $31, 50 / Gaiman - Dolavon 31,50. Esta línea en particular utiliza su propia tarjeta electrónica (tipo SUBE) la cual se carga en la terminal de Trelew (Gaiman y Dolavon no tienen terminales) y tiene un costo de $40.


Un lugar de ensueño ...

Llego a Gaiman pasadas las 15:00 hs y debo admitir que se me llenó el corazón de alegría, al visualizar la frondosa y verde vegetación desde la ruta. Es como pasar de una película en colores sepia a otra de colores vibrantes y saturados. Bajo del bus y cruzo la plaza el diagonal. Sauces, rosas, pinos y un pintoresco canal la coronaba en su centro.


Canal que divide la plaza en dos.


Más adelante vislumbro a mi izquierda una pequeña iglesia y luego atravieso la calle en sentido al puente. Junto a éste puente por el que transitan los vehículos, se encuentra justo a lado otro para el paso de peatones. Un puente colgante. Un letrero en el margen superior izquierdo indica que se debe transitar sin correr. A cada paso que doy, el puente se mece suavemente y rechina. Unas enredaderas cubres sus barrotes laterales, y a medida que avanzo veo verde y verde más saturado. Bajo mis pies y a mi margen derecho, las aguas del río Chubut y el bosque que lo bordea, llenan el entorno de un aire ciertamente mágico. Todo es bonito. Me encanta.

Plaza del pueblo.


Un Couch fuera de serie ...

Luego de atravesar el puente, doscientos metros más me acercan a casa de Ricardo, mi séptimo Couch desde que empecé en la onda y el primero de 2018. Las puertas de su jardín delantero están abiertas de par en par, y por un momento no sé si aplaudir (si, estoy media quedada en el tiempo) o llamarlo por teléfono. Como ninguna de las dos alternativas me convence, avanzo hacia el interior de su propiedad y toco el timbre. Ricardo no tarda en llegar y me recibe con una mezcla de timidez y suma amabilidad. Me muestra la habitación que voy a ocupar y luego me indica la mesa para sentarnos a almorzar. Conversamos un montón sobre viajes. Lo lleno de preguntas sobre sus experiencias en Couch que lugares le gustaron, que costumbres no, y para cuando nos damos cuenta : panza llena, corazones contentos y salimos directo al auto de Ricardo, quien me lleva a dar una vuelta por los puntos de interés del pueblo, las chacras y la escuela en la que trabajó durante más de 20 años. Ricardo fue en su momento director de la escuela agro técnica del pueblo, y hoy día está jubilado, pero lejos de ser un jubilado común, es un hombre con una mente abierta, alegre, buen anfitrión, y por si olvidé mencionarlo, es un peregrino. Viaja durante meses (literalmente hablando) con su mochila y sus pies que lo llevan a transitar lugares inimaginables.

Puente colgante

Yo con mi mejor cara de "Amo los puentes colgantes"

Río Chubut


La joya del valle...

Al regresar de nuestro tour, Ricardo se toma su tiempo para descansar, y yo me voy a recorrer a pie, todos los puntos recomendados. Lamentablemente, el Google Maps no estuvo en su mejor día. Improviso mi caminata (creyendo que iba en dirección a la oficina de turismo) y termino en muchos otros sitios, antes de llegar allí.


Primera casa de Gaiman. Si caminan un poco mas, encontrarán otras de piedra bastante similares y habitadas.


Finalmente, mas tarde que temprano, llego a la oficina de informes. Allí un joven me atende muy amable indicándome horarios de museos y casas de té. Me recomienda visitar también, el túnel del ex ferrocarril junto a la oficina, el cual está abierto hasta las 20:00 hs con entrada libre y gratuita.

El túnel tiene unos 300 metros de largo que se recorren a oscuras, y onde por momentos unos carteles tenuemente luminoso cuentan la historia del mismo desde sus comienzos, su mayor auge, y mas adelante, su inevitable declive.

Selfie desde el punto panorámico del pueblo



Mi recorrido concluye como broche de oro en la casa de té mas antigua (y primera) del pueblo. Atendido por descendientes de galeses y utilizando las recetas de origen. En éste punto me pondré algo quejosa, porque estaria bueno que con lo que te cobran (esto aplica a todas las casas de té) que te ofrezcan, además de la infusión caliente, un jugo de naranjas. No cuesta nada, y aparte hacian 36 grados de calor. Respecto a las masas, esperaba mas para el lado dulces que tanto panificado. Obviamente, sobre este punto ya es una apreciación personal, porque si cumplen con ofrecerte lo que degustarías en un típico té gales, entonces está mas que bien. El precio por persona es de $330 pesos argentinos ( USD 17 aprox.) y ofrece té negro, que se puede acompañar con leche, y los panificados y dulces con crema, pasas o manzana y a su vez pan con queso y panes ya untados con manteca, y mermeladas. El horario de atención al público es de 14:00 hs a 19:30 hs.

Casa de té Plas y Coed. Mucho coincidieron en que a diferencia de la otra que visitó Lady Diana, ésta era más fiel a la tradición galesa y no tan comercial.


Cuando creo que ya vi todo, vuelvo en dirección a la casa de Ricardo, pero como todavía me sigue pareciendo temprano, improviso caminata y sigo de largo. En algún momento encuentro una señalización que me indica que hay una capilla en dirección a mi derecha y camino al menos tres cuadras hasta que doy con ella. A los lejos se visualiza un bosque que se abre.


Vuelvo sobre mis pasos en la misma dirección por la que llegué y nuevamente algo llama mi atención, se trata de la Plaza de los Colonos. A lo lejos el sol comienza a caer y un circulo de piedras que me retrae a Stonehenge llama mi atención. Claramente, una cartel indica que el circulo de piedra, inspirado en los círculos de piedras Druidas, es un lugar donde se realiza una especie de enfrentamiento, donde dos grupos de familias compiten con cantos y bailes. Recuerdo que durante mi tour, Ricardo me había mencionado de ésta costumbre, cuando le pregunté sobre costumbres típicas de pueblo.

Plaza de los Colonos.


Contemplo brevemente el atardecer y retomo mi caminata siendo atacada por una orgia de mosquitos. Es imprescindible que quienes viajen a este pintoresco pueblo, lo hagan dotados de una buena provisión de repelente. Hay mosquitos. Muchos. A cada hora. Son unos canibales-homicidas-seriales, y no dudarán en atacarte.


Al llegar a casa de Ricardo lo encuentro preparando la cena. Es un anfitrión de lujo. Comemos unos deliciosos tacos que el me muestra como preparar. Charlamos a más no poder, y cerca de las 10 de la noche nos despedimos. Ya en mi habitación me debato con la almohada si vale la pena visitar Dolavon en la mañana siguiente. Para cuando me doy cuenta, dejé de existir. Hacia tiempo que no dormía tanto y tan bien.


En la mañana siguiente desayuno a las apuradas y me despido de Ricardo, quien muy amablemente me invita a volver (en caso de mi itinerario cambie) y le deseo que tenga un buen viaje en su próxima travesía por el mundo.


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